Había una vez un hombre al que en su juventud todos sus amigos le decían "El Feo"; le hacían burla de su labio leporino y le aseguraban que jamás alguien llegaría a besarlo.
Mientras sus compañeros se la pasaban viendo Youporn y soñando con mujeres que nunca tendrían, el Feo gustaba de caminar por los parques de su zona, educadamente se acercaba a mujeres hermosas y brindaba su mejor sonrisa mientras preguntaba: "¿Puedo darte un beso en la boca?"
La mitad de las mujeres le decía: NO.
La otro mitad le dijo...
Cuentos
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Saturday, May 20, 2017
Tuesday, November 18, 2014
Grillormiga
Ayer soñé que venías, sentí como asaltabas mi cama, te acercaste hasta mi cuello y te recostaste tiernamente; eras tan pequeña que no hiciste el menor ruido y cuando sentías que iba a despertar, rápidamente me cubrías de diminutos besos para apaciguarme. Al día siguiente, con una sonrisa a flor de piel me desperté, pero tú no estabas y me invadió el miedo de haberte aplastado sin darme cuenta, te busqué por todos lados hasta que ya no pude y... me traicionó el deseo por verte... tal vez nunca estuviste en mi cama.
Entonces, no sé cómo pero me acerqué al espejo y vi unas pequeñas marcas en mi cuello, muy pequeñitas y ¿qué crees? Que me puse a llorar al darme cuenta que esas manchitas eran los labios del bicho más soñador de todos, eran los besos que me regaló Grillormiga.
Ahora quiero dormir y... dejaré mi puerta abierta.
Entonces, no sé cómo pero me acerqué al espejo y vi unas pequeñas marcas en mi cuello, muy pequeñitas y ¿qué crees? Que me puse a llorar al darme cuenta que esas manchitas eran los labios del bicho más soñador de todos, eran los besos que me regaló Grillormiga.
Ahora quiero dormir y... dejaré mi puerta abierta.
Dos insectos
Sentado en esta banca de concreto de algún parque de Guadalajara, con el sol en lo alto y el divorcio de las nubes sobre mi espalda y rostro; solo, lejos de lo que estoy acostumbrado, sintiendo el instante mágico donde todo lo que te hace infeliz puede quedar atrás...
Silencio...
Abro los ojos y miro a un par de insectos (de esos que llamas "coje-coje") tratando de jalar uno al otro en un pequeño juego de poder, el más "fuerte" acarrea al "débil" y éste se deja llevar a una hoja amarillenta, seca y carcomida, "la cama ideal para insectos" pasó por mi mente.
Ese era el instante mágico, el insecto "débil" confío en el otro, permitió que lo llevara a ese lecho, pero el "fuerte" no lo comprendió y en su obsesión por tener todo no se detuvo encima de la hoja y continuo jalando a su pareja hasta el borde la banca de concreto, cuando quiso reaccionar fue muy tarde, cayeron juntos hasta el suelo y por el impacto quedaron uno lejos del otro... ahora, A EMPEZAR DE NUEVO, pensé.
Silencio...
Abro los ojos y miro a un par de insectos (de esos que llamas "coje-coje") tratando de jalar uno al otro en un pequeño juego de poder, el más "fuerte" acarrea al "débil" y éste se deja llevar a una hoja amarillenta, seca y carcomida, "la cama ideal para insectos" pasó por mi mente.
Ese era el instante mágico, el insecto "débil" confío en el otro, permitió que lo llevara a ese lecho, pero el "fuerte" no lo comprendió y en su obsesión por tener todo no se detuvo encima de la hoja y continuo jalando a su pareja hasta el borde la banca de concreto, cuando quiso reaccionar fue muy tarde, cayeron juntos hasta el suelo y por el impacto quedaron uno lejos del otro... ahora, A EMPEZAR DE NUEVO, pensé.
Tuesday, October 14, 2014
El valiente
Se la pasaba sonriendo y mirándote de reojo, y fuiste tan valiente que ni siquiera le preguntaste su nombre... y antes de dormir te haces la misma pregunta: ¿La volveré a ver?
Don Miguel -Otra vez-
- Papá, hasta dónde puedo llegar...
- Hasta donde el otro te deje.
- Mmm...
- Mamá, hasta dónde puedo llegar...
- Hasta donde dios te deje.
- Mmm...
- Abuelito, hasta dónde...
- Mira arriba... Esta es una nube que te puede llevar al infinito, pon las manos en ella y déjala volar.
- Sí...
- Hasta donde el otro te deje.
- Mmm...
- Mamá, hasta dónde puedo llegar...
- Hasta donde dios te deje.
- Mmm...
- Abuelito, hasta dónde...
- Mira arriba... Esta es una nube que te puede llevar al infinito, pon las manos en ella y déjala volar.
- Sí...
El trabajo de la vida
Se sentía feliz...
- ¡¡¡Es el trabajo de mi vida, es el trabajo de mi vida!!!
Le decía a todo el mundo.
Y cuando lo despidieron se dio cuenta que había dejado gran parte de su vida en un empleo a cambio de de un departamento, un auto y uno que otro viaje.
Todo lo seguirá pagando por 20 años más que descontarán de su pensión.
- ¡¡¡Es el trabajo de mi vida, es el trabajo de mi vida!!!
Le decía a todo el mundo.
Y cuando lo despidieron se dio cuenta que había dejado gran parte de su vida en un empleo a cambio de de un departamento, un auto y uno que otro viaje.
Todo lo seguirá pagando por 20 años más que descontarán de su pensión.
Don Miguel
- Es que no entiendo, abuelo... ¿Por qué hay gente que parece gozar de ser prepotente?
- Mmm... A mí me decía mi santo padre que Dios inventó la prepotencia para que la gente "pequeña" se sintiera "grande" y con "poder"... Y una vez que perdían ese "poder" ya ni siquiera era "pequeña", y simplemente dejaban de existir, desaprovechando esa oportunidad divina...
- Mmm... A mí me decía mi santo padre que Dios inventó la prepotencia para que la gente "pequeña" se sintiera "grande" y con "poder"... Y una vez que perdían ese "poder" ya ni siquiera era "pequeña", y simplemente dejaban de existir, desaprovechando esa oportunidad divina...
Monday, June 25, 2007
Morfeo

Al igual que muchos, sabía que ese era el día en que el Espíritu Santo se manifestaría; la información llego a mí vía e-mail, el remitente era un familiar ya fallecido hace algunos años...
Todos rompieron los cristales del vitral en busca de la Santa Madre, pero yo llevaba una medalla plateada donde se reflejaba todo, todo...
Estaba seguro que el epicentro de la catástrofe iba a ser en la ciudad por eso escape hasta este pueblo, mi instinto me lo pedía...
La gente espera aterrorizada, yo, con inquietud y de que ya sucediera, en mi medalla comencé a ver el conteo regresivo apenas llegar al cero cayó la inmensa roca de fuego dejando un estruendoso sonido como el ruido del estallar de varias bombas. Ahí estaba la roca, a unos cien metros o un poco más de donde nos encontrábamos, sentimos como temblaba e inmóviles vimos como salían grandes escupitajos de fuego dispersándose por todos lugares, provocando incendios, muertes, gritos, miedo; entonces, después de unos segundos de falsa calma, sin ruido, no pude despegar la mirada de la roca, ya no temblaba y de su interior surgió una vela blanca con tres pequeñas llamas en su parte superior, se acercaba a ritmo lento pero constante hacia mí; mi ropa ahora era blanca y a mi lado se encontraba mi pequeño primo; el miedo comenzó a enfriarme la sangre, mire a mi primo con el llanto a flor de piel y le contagié mi angustia, nos arrodillamos y comencé a rezar y a llorar y a pedir perdón... ¿de qué? Ni yo lo sabía, la vela se detuvo frente a nosotros, levitando como si nos observara, quisimos postrar nuestra frentes pero la vela no lo permitió, en un movimiento brusco nos cegó mientras sentíamos como éramos lanzados contra la pared; aturdido alcancé a ver como la vela se acercaba sin titubear a la esquina derecha donde yacía el cadáver de mi abuela recostado sobre una mesa, mientras llegaba escuché un murmullo en mi interior que me decía que mi abuela si tenía la gracia de Dios... La vela se alejó y me invadió el sentimiento de saber que era el fin de todo... Mi padre se acercó para regañarme por haberme hincado y no hacer algo para evitar que la vela me lanzara contra la pared, yo respondí que simplemente hice lo que sentí... pero no le dije que tuve miedo, antes de desaparecer, mi padre sólo me decía: “Aún estás a tiempo de ser sacerdote”.
La enorme roca no paraba de escupir fuego y en el lugar donde caía, después de un leve temblor comenzaron a erigirse edificios de todos los lugares de este mundo y tal vez de otros; a mis espaldas sentía como se levantaban monumentos representativos de la tierra... ahí estaba la Torre Eiffel, la Estatua de la libertad y hasta el Ángel de la independencia.
Después, la tierra se cimbró sintiéndose como una estampida se acercaba, al buscar el origen vi a enormes animales corriendo sin rumbo, eran animales que en algún momento han servido como medio de transporte para la humanidad, paseaban como en un desfile y se desintegraban al ser tocados por medios de transporte mecánicos... En todo ese ambiente, se vibraba como la gente ya no tenía tanto miedo, ahora se percibían unas ganas de llorar... Nuevamente escuchamos un estruendo y sin saber por qué todos miramos al cielo, en él, un dedo invisible escribió una frase con fuego que recuerdo muy bien: “La verdad del espíritu, no es copia de un ‘pirata’”.
Se acabó el fuego, los enormes animales corrían presas de un ímpetu sólo comparado a cuando están en brama; yo me encontraba en medio de todo, cerca del paso de una locomotora, se detuvo antes de destrozarme, volví a abrir los ojos sólo para volver a cerrarlos al distinguir como un enorme camello se lanzaba contra la locomotora; entonces pensé que tal vez todo era una recreación virtual hecha por Dios o alguien muy avanzado en tecnología; decidí abrir los ojos y esperar que el camello me arrollara, pasó por encima de mí sin hacerme daño alguno, antes de que se alejara intenté tocarlo para darme cuenta de que no existía, pero con miedo sentí su pelo y su piel, el animal se puso furioso y de un coletazo me alejó de su trayecto, segundos después, el camello se impactó con la locomotora, apenas tocarla pareciera introducirse como en una puerta dimensional...
El caos se respiraba, todos los animales corrían... regresé la mirada a los monumentos y descubría a mucha gente arriba de ellos, destrozándolos en pequeños fragmentos como si fueran un simple souvenir; otros contemplábamos la hermosa obra y llorábamos de felicidad, mis ojos eran testigos de lo más increíble que jamás había presenciado... muchos se besaban, era una fiesta de alegría, nos mirábamos y nos regalábamos la más cálida sonrisa mientras nos dábamos un abrazo. Los monumentos y edificios desaparecían pero la alegría no; mire a donde cayó la roca pero el lugar no mostraba seña alguna del impacto... Más tarde me encontraba en mi cama, oía la voz de mis padres, él decía frases llenas de amor y sentía como mi cama crecía y a cada palabra era lo mismo... Desperté con una sensación de felicidad y con la necesidad de perdonarme y de escribir esto antes de que lo olvide... sin embargo, toda esa felicidad se enfrentó a un proceso de lógica y al escribir esto trato de comprender lo que no comprendo.
Todos rompieron los cristales del vitral en busca de la Santa Madre, pero yo llevaba una medalla plateada donde se reflejaba todo, todo...
Estaba seguro que el epicentro de la catástrofe iba a ser en la ciudad por eso escape hasta este pueblo, mi instinto me lo pedía...
La gente espera aterrorizada, yo, con inquietud y de que ya sucediera, en mi medalla comencé a ver el conteo regresivo apenas llegar al cero cayó la inmensa roca de fuego dejando un estruendoso sonido como el ruido del estallar de varias bombas. Ahí estaba la roca, a unos cien metros o un poco más de donde nos encontrábamos, sentimos como temblaba e inmóviles vimos como salían grandes escupitajos de fuego dispersándose por todos lugares, provocando incendios, muertes, gritos, miedo; entonces, después de unos segundos de falsa calma, sin ruido, no pude despegar la mirada de la roca, ya no temblaba y de su interior surgió una vela blanca con tres pequeñas llamas en su parte superior, se acercaba a ritmo lento pero constante hacia mí; mi ropa ahora era blanca y a mi lado se encontraba mi pequeño primo; el miedo comenzó a enfriarme la sangre, mire a mi primo con el llanto a flor de piel y le contagié mi angustia, nos arrodillamos y comencé a rezar y a llorar y a pedir perdón... ¿de qué? Ni yo lo sabía, la vela se detuvo frente a nosotros, levitando como si nos observara, quisimos postrar nuestra frentes pero la vela no lo permitió, en un movimiento brusco nos cegó mientras sentíamos como éramos lanzados contra la pared; aturdido alcancé a ver como la vela se acercaba sin titubear a la esquina derecha donde yacía el cadáver de mi abuela recostado sobre una mesa, mientras llegaba escuché un murmullo en mi interior que me decía que mi abuela si tenía la gracia de Dios... La vela se alejó y me invadió el sentimiento de saber que era el fin de todo... Mi padre se acercó para regañarme por haberme hincado y no hacer algo para evitar que la vela me lanzara contra la pared, yo respondí que simplemente hice lo que sentí... pero no le dije que tuve miedo, antes de desaparecer, mi padre sólo me decía: “Aún estás a tiempo de ser sacerdote”.
La enorme roca no paraba de escupir fuego y en el lugar donde caía, después de un leve temblor comenzaron a erigirse edificios de todos los lugares de este mundo y tal vez de otros; a mis espaldas sentía como se levantaban monumentos representativos de la tierra... ahí estaba la Torre Eiffel, la Estatua de la libertad y hasta el Ángel de la independencia.
Después, la tierra se cimbró sintiéndose como una estampida se acercaba, al buscar el origen vi a enormes animales corriendo sin rumbo, eran animales que en algún momento han servido como medio de transporte para la humanidad, paseaban como en un desfile y se desintegraban al ser tocados por medios de transporte mecánicos... En todo ese ambiente, se vibraba como la gente ya no tenía tanto miedo, ahora se percibían unas ganas de llorar... Nuevamente escuchamos un estruendo y sin saber por qué todos miramos al cielo, en él, un dedo invisible escribió una frase con fuego que recuerdo muy bien: “La verdad del espíritu, no es copia de un ‘pirata’”.
Se acabó el fuego, los enormes animales corrían presas de un ímpetu sólo comparado a cuando están en brama; yo me encontraba en medio de todo, cerca del paso de una locomotora, se detuvo antes de destrozarme, volví a abrir los ojos sólo para volver a cerrarlos al distinguir como un enorme camello se lanzaba contra la locomotora; entonces pensé que tal vez todo era una recreación virtual hecha por Dios o alguien muy avanzado en tecnología; decidí abrir los ojos y esperar que el camello me arrollara, pasó por encima de mí sin hacerme daño alguno, antes de que se alejara intenté tocarlo para darme cuenta de que no existía, pero con miedo sentí su pelo y su piel, el animal se puso furioso y de un coletazo me alejó de su trayecto, segundos después, el camello se impactó con la locomotora, apenas tocarla pareciera introducirse como en una puerta dimensional...
El caos se respiraba, todos los animales corrían... regresé la mirada a los monumentos y descubría a mucha gente arriba de ellos, destrozándolos en pequeños fragmentos como si fueran un simple souvenir; otros contemplábamos la hermosa obra y llorábamos de felicidad, mis ojos eran testigos de lo más increíble que jamás había presenciado... muchos se besaban, era una fiesta de alegría, nos mirábamos y nos regalábamos la más cálida sonrisa mientras nos dábamos un abrazo. Los monumentos y edificios desaparecían pero la alegría no; mire a donde cayó la roca pero el lugar no mostraba seña alguna del impacto... Más tarde me encontraba en mi cama, oía la voz de mis padres, él decía frases llenas de amor y sentía como mi cama crecía y a cada palabra era lo mismo... Desperté con una sensación de felicidad y con la necesidad de perdonarme y de escribir esto antes de que lo olvide... sin embargo, toda esa felicidad se enfrentó a un proceso de lógica y al escribir esto trato de comprender lo que no comprendo.
Sunday, September 03, 2006
Ella
- ¿Por qué me has abandonado?
- Mentira...Te sigo queriendo.
- ¿Queriendo? ¿Ya no me amas, entonces?
- Es... otro tipo de amor.
- Ya no me lloras, ya no me buscas como antes, ya no necesitas mi hombro.
- Sí, pero ya no igual...
- Entonces me voy.
- No.
- ¿No?
- No.
- ...
- Te necesito y te pido que no me dejes.
- No entiendo.
- ¿Has escuchado de la Santísima Trinidad?
- Sí... ¿Pero eso qué?
- Es la esencia de saber vivir. No puedes ligarte solamente a alguien, siempre debes tener otro que te ayude a mantener el equilibrio y yo... ya encontré a ese "otro", es duro pero... ya no dependo únicamente de ti, sin embargo te necesito.
- ...
- Somos parte del todo y si nos abandonamos, todos salimos perdiendo. Nos necesitamos.
- ...
- Van a existir momentos en los que tú vas a querer estar conmigo y yo contigo, y también el otro va a querer lo mismo de ti.
- ... ¿Sabes que nunca te he sido fiel?
- Lo sé. Hasta hace poco.
- ¿Y no te duele?
- Un poco, pero ahora lo entiendo.
- ¿Qué?
- La trinidad.
- ...
- Y esa mueca ¿Te ríes?
- Sí... pensé que nunca lo entenderías. Pensé que siempre tendría que brindarte mis brazos y... créeme que es como un tabique encadenado a mis senos.
- ¿Entonces?
- Está bien.
- ¿Y tus celos?
- No eran celos. A final de cuentas soy mujer ¿no?
- ¿Entonces?
- Entonces ya descubriste que no debes encadenarte a nada, ni a la trinidad.
- ...
- El tiempo es sabio y sobre la marcha irás caminando nuevos horizontes, mantente abierto.
- ¿Entonces?
- Entonces...
- ¿Sigues conmigo?
- Hasta el final de tus días.
- ¿Hasta el final de mis días?
- Hasta el final de tus días.
- Mentira...Te sigo queriendo.
- ¿Queriendo? ¿Ya no me amas, entonces?
- Es... otro tipo de amor.
- Ya no me lloras, ya no me buscas como antes, ya no necesitas mi hombro.
- Sí, pero ya no igual...
- Entonces me voy.
- No.
- ¿No?
- No.
- ...
- Te necesito y te pido que no me dejes.
- No entiendo.
- ¿Has escuchado de la Santísima Trinidad?
- Sí... ¿Pero eso qué?
- Es la esencia de saber vivir. No puedes ligarte solamente a alguien, siempre debes tener otro que te ayude a mantener el equilibrio y yo... ya encontré a ese "otro", es duro pero... ya no dependo únicamente de ti, sin embargo te necesito.
- ...
- Somos parte del todo y si nos abandonamos, todos salimos perdiendo. Nos necesitamos.
- ...
- Van a existir momentos en los que tú vas a querer estar conmigo y yo contigo, y también el otro va a querer lo mismo de ti.
- ... ¿Sabes que nunca te he sido fiel?
- Lo sé. Hasta hace poco.
- ¿Y no te duele?
- Un poco, pero ahora lo entiendo.
- ¿Qué?
- La trinidad.
- ...
- Y esa mueca ¿Te ríes?
- Sí... pensé que nunca lo entenderías. Pensé que siempre tendría que brindarte mis brazos y... créeme que es como un tabique encadenado a mis senos.
- ¿Entonces?
- Está bien.
- ¿Y tus celos?
- No eran celos. A final de cuentas soy mujer ¿no?
- ¿Entonces?
- Entonces ya descubriste que no debes encadenarte a nada, ni a la trinidad.
- ...
- El tiempo es sabio y sobre la marcha irás caminando nuevos horizontes, mantente abierto.
- ¿Entonces?
- Entonces...
- ¿Sigues conmigo?
- Hasta el final de tus días.
- ¿Hasta el final de mis días?
- Hasta el final de tus días.
Monday, June 05, 2006
Estela
Mataron a dos de los tres hijos de Estela; cada cuerpo fue apuñalado 56 veces en cabeza, pecho y genitales; cuando los enterraron Estela prohibió que abrieran los féretros, no quería que nadie viera a sus dos hijos destazados, nadie, ni siquiera mi papá, ni siquiera yo... y yo sólo quería despedirme de mis hermanos.
Saturday, June 03, 2006
Claudia
¿Te acuerdas de Claudia? Era la chavita más bonita de la Universidad, iba dos semestres atrás de ti y desde la primera vez que la viste quedaste prendado de su ojos. Claudia no tenía un cuerpazo, más bien era llenita pero eso sí, pecaba de atractiva. ¿Cómo era? Mmm... Era morena, morena clara y usaba una capa de maquillaje que la hacía lucir de tez blanca; su pelo tenía que ser oscuro y muy bien disfrazado con un tinte castaño; Claudia siempre vestía jeans ajustadísimos que hacían lucir sus torneadas piernas aún más torneadas y usaba blusas y playeras pegaditas a su cuerpo; como dije, era llenita pero no flácida; las veces que la admirabas te percatabas que Claudia era dueña de unos senos preciosos, turgentes y bien formados. ¿Recuerdas que el Fufy te decía que te aventarás con ella? ¿También recuerdas que le hiciste caso? Y ahí fuiste de pendejo a hablar con ella bajo el pretexto de invitarla a participar en el evento de Radio durante la Semana de la Comunicación de ese semestre. Llegaste nervioso, tratando de poner tu mejor cara y sonrisa y entonces la viste. Si de lejos ya te encantaba, cuando la tuviste cerca por poco y te zurras; Claudia tenía el rostro más cálido y hermoso que jamás has visto; su sonrisa adornada por unos dientes blancos perfectos, bueno, está bien, está bien, en realidad eran un poco amarillos de tanto fumar, y su mirada... aahh... su mirada era como de borreguito buscando pareja; sus ojos eran verde claro, aunque estoy seguro que usaba pupilentes, sin embargo, cuando vuelves a imaginar su rostro sólo encuentras perfección. ¿Qué más podías pedir? ¿Te digo? ¡Su voz!. Ahí sí no había pretexto, su voz era ronquita-cachonda como la de Charo Fernández, no te cansarías de escucharla junto a ti el resto de tu vida. Sigamos, después de que rompiste el hielo con Claudia ¿qué hiciste?... ¡Te echaste a correr! Digo, no literalmente pero te entró el miedo. “¡Puto!” Te diría el Fufy, así como el Fufy también te decía que invitarás a Claudia a salir, que no tenías pierde, que a la chava le cuadrabas. Lo pensabas y lo pensabas pero cuando en los recesos te encontrabas con ella, sólo se sonreían y saludaban; a veces se encontraban en la cafetería y tú buscabas el momento de expresarle todo lo que te inspiraba pero no lo hiciste, a lo más que llegaste fue a darle un par de besos en la mejilla y eso debido a la rutina de saludar así a todas las niñas. ¿Sabes qué es lo peor? Que hasta hoy te decides a escribir algo sobre ella. “¿Por qué fuiste tan puto?” Te diría Fufy. “¿Por qué no me hiciste caso?”. Por puto, Fufy, por puto.
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